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Según una investigación sobre 300.000 individuos, aquellos que utilizan gafas desde niños son más inteligentes.

Publicado 07/01/2019

El típico “gafotas” siempre ha estado asociado a una persona con cierta inteligencia. La creencia o presuposición de que alguien con gafas es listo lleva mucho tiempo incrustada en la cultura popular. ¿Cuánto de esto es cierto? Más de lo que creíamos. Una nueva investigación de la Universidad de Edimburgo afirma que puede haber una correlación positiva entre tener una vista deficiente y altos niveles de inteligencia.

Para demostrarlo, los investigadores llevaron a cabo un gran estudio para explorar cómo los rasgos hereditarios de un individuo pueden afectar a su función cognitiva. El equipo analizó los datos de 300.486 personas de edades comprendidas entre 16 y 102 años recopiladas por el United Kingdom Biobank y los consorcios Charge & Cogent.

Los científicos fueron capaces de identificar 148 cromosomas independientes asociados a una alta capacidad cognitiva. A partir de ellos, evaluaron si varios atributos como la vista, la presión arterial alta y la calidad de vida afectaban directamente a la inteligencia. El resultado fue que los participantes del estudio que usaban gafas tenían aproximadamente un 30% más de probabilidades de ser más inteligentes que la media, según recalcó el estudio publicado en la revista Nature Communications.

Es más, una mayor función mental cognitiva se relaciona con varios atributos de una vida saludable, como la longevidad, la disminución del riesgo de padecer cáncer y una mejor salud cardiovascular y mental. La doctora Gail Davies, estadística genética de la Universidad de Edimburgo y autora principal del estudio, cree que las conclusiones abordadas por el equipo podrían ser muy útiles para futuras investigaciones en el futuro. “Se trata del mayor estudio genético de la función cognitiva jamás realizado, el cual ha identificado muchas diferencias genéticas que contribuyen a la heredabilidad de las habilidades mentales”, reconoce Davies.